
Tras bombardear Estados Unidos varias instalaciones nucleares en Irán este fin de semana, y después de que el Parlamento iraní pidiera este domingo el cierre del estrecho de Ormuz, un enclave estratégico para el comercio del petróleo y el gas, el mundo contiene el aliento. El bloqueo de esta vía marítima clave en Oriente Próximo podría interrumpir gravemente los suministros de crudo y crecen los temores por el impacto en la economía global, ya herida por la política de aranceles de la Administración Trump. La escalada bélica entre Israel e Irán, y ahora con la participación de EE UU, eleva al máximo la incertidumbre en los mercados financieros, mientras la atención se centra en la posible respuesta de Irán al ataque estadounidense.
En sus últimos comentarios en redes sociales sobre los ataques estadounidenses, Trump afirmó: “Se causaron daños monumentales a todas las instalaciones nucleares de Irán”. “El mayor daño se produjo muy por debajo del nivel del suelo. ¡En el blanco!”, escribió en su plataforma Truth Social. Anteriormente, Trump instó a Irán a renunciar a cualquier represalia y afirmó que el gobierno “debe ahora hacer la paz” o “los futuros ataques serían mucho mayores y mucho más fáciles”. Al mismo tiempo, Trump plantea la idea de un cambio de régimen en Irán.
El principal temor entre los inversores es que el conflicto en Oriente Medio repercuta en los precios y el suministro de los hidrocarburos. Por las aguas del estrecho de Ormuz se transporta alrededor de un 20% de la producción mundial de crudo y también de gas. Ubicado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, por este estrecho, que en su punto más angosto mide 54 kilómetros, transitan cada día un promedio de 13 buques cisterna que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo.
Así, los principales movimientos se producen en el mercado de materias primas. Los precios del petróleo subieron con fuerza en las primeras operaciones asiáticas de este lunes, aunque luego han moderado los ascensos. Los futuros del petróleo Brent, de referencia en Europa, suben más del 2%, hasta los 77 dólares por barril, mientras que los futuros del crudo West Texas Intermediate aumentan un 2%, hasta los 75 dólares por barril. Ambos contratos se habían disparado inicialmente hasta un 4%, alcanzando máximos de cuatro meses, con el Brent escalando por momentos hasta los 81 dólares por barril.
Los analistas de ANZ señalan que los ataques estadounidenses contra Irán marcan una “grave escalada” en el conflicto y prevé que los precios del petróleo oscilen entre los 90 y 95 dólares por barril.
Ante este panorama, los inversores se alejan del riesgo, a la espera de las represalias de Teherán, aunque los descensos en la renta variable están siendo limitados, por el momento. Los analistas destacan que los activos de riesgo están demostrando ser más resistentes de lo esperado. En Asia, el Nikkei pierde un 0,6% en la media sesión. Las Bolsas chinas registran descensos limitados. Los índices Shanghai Shenzhen CSI 300 y Shanghai Composite de China ceden un 0,4% y un 0,1%, mientras que el índice Hang Seng de Hong Kong retrocede un 0,6%. Los futuros del EuroStoxx 50 anticipan caídas del orden del 0,46%.
En las divisas, el dólar avanza ligeramente con los operadores buscando seguridad. La moneda estadounidense sube un 0,2% frente al yen, alcanzando un máximo de un mes. El euro baja un 0,25% frente al ‘billete verde’, hasta los 1,1495 dólares. Los estrategas de Bank of America afirmaron que el dólar-yen podría revalorizarse al alza si los precios del petróleo se mantienen elevados, señalando que Japón importa casi todo su petróleo, más del 90 % del cual proviene de Oriente Medio, mientras que Estados Unidos es en gran medida independiente en materia energética.
Carol Kong, estratega cambiaria del Commonwealth Bank of Australia, cree que los mercados están a la expectativa de la respuesta de Irán, “con más preocupación por el impacto inflacionario positivo del conflicto que por el impacto económico negativo”. Sostiene que “los mercados de divisas estarán a merced de los comentarios y acciones de los gobiernos iraní, israelí y estadounidense”. Y añade: “los riesgos apuntan claramente a un mayor alza en las divisas refugio si las partes intensifican el conflicto”.
Para Charu Chanana, estratega jefe de inversiones de Saxo, de momento “os mercados están tratando los ataques estadounidenses contra Irán como un evento puntual, en lugar de como el inicio de una guerra más amplia”.
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