
Joann se declaró en bancarrota y se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos y cerraría sus 800 tiendas. En ese marco, Michaels intenta absorber a los clientes que dejará su principal competidor. El minorista de manualidades implementa una estrategia y advirtió a los consumidores: “Tenemos sus artículos esenciales y mucho más”.
Michaels busca atraer a los clientes que deja Joann tras su quiebra
Joann, una de las cadenas más emblemáticas de artículos de costura y manualidades en Estados Unidos, presentó la bancarrota bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. Así, Michaels -su principal competidor- vio la oportunidad y lanzó una estrategia para absorber a sus clientes.
En un mensaje reciente publicado en su sitio web, Michaels da la bienvenida de forma directa a los compradores de Joann: “Bienvenidos, clientes de JOANN. ¡Tenemos sus artículos esenciales y mucho más!”.
Este gesto no es casual. Joann, que alguna vez operó cerca de 800 tiendas en todo el país, está en proceso de cerrar completamente sus puertas luego de acogerse por segunda vez en menos de un año al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. Se espera que las más de 500 tiendas que permanecen abiertas finalicen sus ventas de liquidación y bajen la cortina a finales de mayo de 2025.
Para muchos consumidores fieles a Joann, su cierre representa la pérdida de un punto clave en el ecosistema de las manualidades, particularmente para quienes practican el acolchado, la costura o trabajan con telas específicas.
Según Abby Glassenberg, cofundadora de Craft Industry Alliance, la ausencia de Joann tendrá un impacto notable. No obstante, también abre espacio para el crecimiento de tiendas independientes que, sin la competencia directa de una gran cadena nacional, podrían ganar terreno en sus comunidades.
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En cifras, el vacío que deja Joann no es menor. La compañía reportó ventas por $2.200 millones en 2023, pese a cerrar el año con pérdidas de más de $200 millones.
Este volumen de negocio representa una porción significativa del mercado de artículos de costura, telas y manualidades en EE. UU., estimado en $5.100 millones para 2025, según la consultora IBISWorld.
Lo llamativo es que esta industria mantuvo un crecimiento constante, aunque modesto, en los últimos cinco años, impulsado en parte por el auge de las redes sociales.
Michaels, con sede en Texas y más de 1.300 tiendas distribuidas en 49 estados y Canadá, está bien posicionada para absorber a gran parte de los consumidores desplazados por la salida de Joann. La cadena no solo ofrece un catálogo diverso de productos de arte y costura, sino que también ha invertido en mejorar su experiencia digital, anticipando que una parte del mercado migrará hacia las compras en línea.
Una encuesta realizada por Numerator en febrero de este año reveló que el 74 % de los compradores de Joann planean trasladar sus compras a otras cadenas como Michaels o Hobby Lobby. Además, el 44 % dijo que compraría por internet y el 39 % consideró opciones como Walmart o Target. Un 24 % mencionó a tiendas locales o independientes, mientras que un 23 % buscaría alternativas más económicas, como tiendas de dólar.