
El impacto sobre el precio del petróleo por el momento no ha sido el esperado, y en la jornada de ayer no llegó a superar los 80 dólares el barril de Brent. Según los expertos consultados por ABC, y a la espera de qué … sucede finalmente en el paso de Ormuz, los analistas de XTB estiman que «en la práctica, Teherán dispone de numerosas opciones menos drásticas para calibrar una respuesta que perjudique a sus enemigos y limite el impacto en aliados como China, su mayor comprador de petróleo».
De esta forma, han elaborado tres escenarios. Una rápida resolución en la que los líderes iraníes pidan la paz, y renuncien voluntariamente a sus programas y arsenales nucleares permitiría que los precios volvieran a caer a los 60 dólares por barril. La segunda opción, menos optimista, es una respuesta simbólica y anunciada contra EE.UU. que podría llevar al barril hasta los 90 dólares.
Por último, un cierre total de Ormuz durante más de unas pocas horas o días y el ataque de instalaciones petroleras en Arabia Saudí o Irak, es «un escenario que se convertiría en una pesadilla para la economía que podría disparar el precio del petróleo hasta los 120 dólares, lo que impulsaría la inflación mundial y lastraría considerablemente el crecimiento», asumen desde XTB.
En cualquier caso, el impacto de este último escenario podría ser inferior. Cuando en 2019 Irán realizó un ataque a las instalaciones de procesamiento de Abqaiq, en Arabia Saudí, eliminó el 7% del suministro mundial, pero solo se necesitaron unas pocas semanas para que los futuros del crudo cotizaran a un nivel más bajo que antes de que ocurrieran los ataques, ya que los suministros se restablecieron y reabastecieron rápidamente. Actualmente existen reservas de emergencia en los países consumidores a las que pueden recurrir si es necesario, algo que puede proteger a la industria de cualquier perturbación que pueda surgir, además no descartamos una rápida recuperación para que el tránsito pueda fluir de nuevo.
Por su parte, los analistas de Bankinter comparten una visión menos alarmista. Estiman que la reacción del precio del petróleo es de subida, pero no brusca, no llega al 3%, porque el cierre completo todavía no se ha materializado. De confirmarse, podría suponer un ascenso del precio del petróleo de 10 dólares. No obstante, para los analistas de Bankinter sería una subida puntual. «La realidad es que Irán en los últimos años ha reducido su capacidad de influencia en los mercados de petróleo. Se ve afectado por sanciones internacionales, sobre todo de Estados Unidos y Europa por su programa nuclear, lo que limita sus ventas. Como referencia, produce diariamente 3,3 millones de barriles (3% oferta global), lo que supone el 8% de la producción de la OPEP+ (41 millones, aproximadamente un 41% de la oferta global)».
Su escenario central contempla un ascenso moderado del petróleo, pero puntual. A medio/largo plazo debería reducirse progresivamente por desaceleración de la economía (aranceles y debilidad china), auge de las energías limpias y mayor eficiencia energética, lo que reduce la necesidad de petróleo.
Asimismo, los últimos reportes de los analistas de Bloomberg sobre los costes del crudo asumen que los precios podrían volver a dispararse si la crisis se intensifica. Pero este anticlímax continúa la tendencia de apatía que se ha mostrado a lo largo del conflicto entre Israel e Irán, desde el intercambio de salvas de misiles hace un año hasta el lanzamiento de la ofensiva aérea israelí este mes.
También existe otro factor como la diversificación de fuentes de producción, —desde Canadá hasta Guyana y Brasil— que ha dejado a los mercados globales cómodamente abastecidos.